Gran Día de Acción de Gracias
Ya falta un mes para la fiesta nacional del Día de Acción de Gracias. Sin embargo, el corazón de nuestro servicio de este próximo domingo, así como de todos los domingos, es el Gran Día de Acción de Gracias. Así es como el Libro de Oración Común llama a toda la segunda mitad de la Santa Eucaristía, el servicio de comunión; la raíz griega eucharistia significa, literalmente, “acción de gracias.”
La acción de gracias fluye e irradia en nuestro servicio. Está en el corazón de la vida cristiana y nos da energía para vivir como fieles mayordomos de todo lo que se nos ha dado. Y ese significado se enfoca especialmente a lo largo de estas semanas previas al Domingo de Todos los Santos, el 7 de noviembre; cuando reuniremos las promesas, las suyas y las mías, para apoyar nuestros ministerios de la Catedral y especialmente, para promover nuestro alcance comunitario a los muchos necesitados en nuestra comunidad local y más allá.
Somos una congregación dotada, lo que significa que la generosa donación de nuestros antepasados nos ha liberado de muchas de las limitaciones habituales del mantenimiento institucional. Ahora podemos dar para hacer realidad el sueño del Salmo 126, designado para este domingo, para dar no para nuestra propia subsistencia o enriquecimiento, sino para “restaurar la fortuna” de los desdichados, para traer algo de alegría a aquellos cuya suerte es “sembrar con lágrimas.”
Acompáñenos en el servicio de adoración mientras celebramos las “Proezas que ha hecho el Señor con nosotros.” Únase a nosotros para dar y para que otros también puedan “cosechar con cánticos de alegría.”
—El Rvdo. Canónigo Tom Kryder-Reid
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