El Lenguaje del Amor
Cuando John F. Kennedy se le otorgó la ciudadanía estadounidense honoraria a Winston Churchill en 1963, rindió homenaje a la oratoria de Churchill como decisiva para unir a los aliados contra Hitler. “Movilizó el idioma inglés”, dijo Kennedy, “y lo envió a la batalla”.
Se podría hacer una comparación similar de Juan el Bautista y su mensaje sensato de apartarse del mal, buscar el perdón de Dios y el prepararse para la venida de aquel que hará nuevas todas las cosas. Como señaló el prominente predicador y maestro episcopal del siglo XX Walter Russell Bowie, “el bautismo que realizó Juan por aquellos que se sintieron conmovidos por lo que dijo fue la consecuencia de su predicación … Todo su ministerio estaba en el poder de la palabra hablada.”
El próximo domingo, escucharás a San Lucas reiterar el momento histórico de la llegada del Bautista: “Era el año quince del gobierno del emperador Tiberio, y Poncio Pilato era gobernador de Judea. Herodes gobernaba en Galilea…”Tal fue el significado de Juan al movilizar el lenguaje para preparar el camino para Jesús.
Al igual que Juan, nuestra misión es preparar el camino, para que cualquiera que entre por nuestras puertas o sintonice en línea o se encuentre con nosotros en el pasillo de un supermercado pueda sentirse conmovido por la presencia amorosa de Jesús entre nosotros. Y no, no es necesario ser un gran orador o predicador para transmitir esa bendición. Cada uno de nosotros tiene el lenguaje de amor.
Quizás la tuya sea la música, que resuena los martes y los jueves a las 5:30 p.m. en la oración cantada, o en todos los domingos a las 10 a.m. y a la 1 p.m., o en este domingo a las 4 p.m. con las Lecciones y Villancicos de Adviento. O quizás sea la hospitalidad, durante la hora del café o en las fiestas mensuales, dando la bienvenida a los recién llegados y los veteranos por igual. O tal vez sea su inspiración para servir a las personas necesitadas, durante los domingos en nuestro desayuno comunitario de las 7 a.m. para las personas sin hogar.
Únete a nosotros. Deje que su lenguaje del amor hable, con o sin palabras.
—El Rvdo. Canónigo Tom Kryder-Reid
|