Vista Previa del Sermón: Cuando la interrupción no es una interrupción…
Este domingo, nuestra escucharemos las historias entrelazadas de dos mujeres en el Evangelio de Marcos que necesitan la sanación de Jesús. Una mujer es hija de Jairo, un líder de la sinagoga y persona de adentro, y la otra mujer es una persona de afuera que ha sufrido hemorragias y ha sido una marginada por más de 12 años debido a su condición. El erudito del Nuevo Testamento Ched Meyers destaca que esta es una historia de espejos opuestos. Jairo se acerca formalmente a Jesús para pedirle sanación, mientras que la mujer anónima que sufre hemorragias no tiene más remedio que acercarse y tocar a Jesús entre la multitud, facilitando su propia sanación. Jairo es un hombre con poder que habla en nombre de un miembro de su familia, mientras que la mujer anónima comete un acto de escándalo al estar en público con una enfermedad que viola los Códigos de Pureza Levita predominantes en ese momento. Ella no tiene otra voz que la suya y no tiene más remedio que interrumpir a Jesús tocándolo, lo que incita a Jesús a preguntar: “¿Quién me ha tocado la ropa?”
Como señala Meyers sobre este pasaje: “Para los discípulos, esta interrupción es un inconveniente atribuido a la multitud anónima, con la que no les preocupa, ansiosos por ayudar al líder poderoso. Jesús, sin embargo, busca conocer el rostro humano de los pobres. Saliendo de los márgenes de la historia al centro del escenario, es el turno de la mujer de caer frente a Jesús, lo que implica que ahora está a la par con Jairo.” Muchas veces, estamos tan preocupados por nuestras propias necesidades, historias y narrativas, que no nos damos cuenta de que la obra de Dios ocurre en las interrupciones. La justicia de Dios ocurre en las interrupciones. La esperanza de Dios ocurre en las interrupciones.
Este domingo, únete a mí mientras luchamos con esta historia del Evangelio; y que Dios nos ayude a ver que es en las interrupciones de nuestras vidas donde podemos unirnos más fácilmente a la obra redentora más grande de Dios.
— El Muy Rvdo. Gray Lesesne, D.Min.
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