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Devociones Diarias de Cuaresma

 

Miércoles de Ceniza, 17 de febrero

Cuaresma: Un tiempo para caminar por el desierto

“No se hagan tesoros en la tierra, donde las polillas y el óxido consumen y donde los ladrones entran a robar; sino hagan tesoros en el cielo, donde ni las polillas ni el óxido consumen y donde los ladrones no entran a robar. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” – Mateo 6:20-21

Hoy es Miércoles de Ceniza y marca el inicio del tiempo de Cuaresma. La Cuaresma nos ofrece a cada uno de nosotros una invitación a caminar por el desierto con Jesús. Por suerte, el año 2020 y los inicios del 2021 ya nos han dado una buena práctica en la navegación por el desierto. A lo largo del último año hemos aprendido que el desierto, sobre todo si no lo hemos creado o elegido nosotros, suele ser incómodo, extraño y doloroso. El desierto revela cuánto nos gusta el status quo y “sólo queremos volver a nuestras antiguas vidas” y “que todo vuelva a la normalidad”.

En el Evangelio de Mateo de hoy, Jesús desafía a sus discípulos a no aferrarse a nuestras cosas y experiencias terrenales y a las viejas rutinas y a la “normalidad” como nuestros tesoros, sino a dejarlos ir y en su lugar experimentar el tesoro espiritual que viene de dar de control y confiar en Dios. Si realmente podemos encontrar nuestro tesoro con Dios, entonces no importa dónde estemos, incluso en el desierto, estaremos completos y enteros y contentos. ¿Qué “tesoro” estamos guardando tú y yo que podríamos dejar de lado para caminar por el desierto con Jesús?

Oración

Dios todopoderoso y eterno, que no odias nada de lo que has hecho y perdonas los pecados de todos los que se arrepienten: Crea y haz en nosotros corazones nuevos y contritos, para que, dignamente lamentando nuestros pecados y reconociendo nuestra miseria, obtengamos de ti, Dios de toda misericordia, la remisión y el perdón perfectos; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

El Muy Rvdo. Gray Lesesne, D.Min.

Jueves 18 de febrero

¿Quieres seguir a Jesús? Prepárate para hacer un viaje…

Entonces Jesús les dijo a todos: “Si alguno quiere hacerse seguidor mío, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá, y el que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué les sirve si ganan el mundo entero, pero se pierden o entregan a sí mismos?” -Lucas 9:24-25

Jesús revela todo lo que es verdaderamente necesario para ser su seguidor: Niégate a ti mismo, toma tu cruz y síguelo. En otras palabras, no pongas siempre tus propias necesidades egoístas en primer lugar, céntrate en el exterior y permite que Jesús te desafíe a ir (literal y metafóricamente) con él a lugares a menudo difíciles e incómodos. Si alguna vez hubo una invitación al desierto, es ésta.

Siempre nos sorprende y nos impacta un poco que seguir a Jesús en el desierto sea el verdadero camino del discipulado. A menudo pensamos en el discipulado como algo que debería llegarnos fácilmente o, si no fácilmente, al menos siempre de forma agradable y con el menor trastorno posible en nuestras vidas. Pero Jesús es claro con sus seguidores en que siempre habrá que ceder algo en nuestras propias vidas si queremos viajar con él. Toma nota: ¿qué te incomoda del reto/invitación de Jesús a negarte a ti mismo? ¿Qué significa para ti seguir de verdad a Jesús en un lugar desierto? ¿A qué tendrías que renunciar?

ORACIÓN

Dame gracia, claridad y la voluntad, Señor Jesús, de tener el valor de seguirte en el desierto. Amén.

El Muy Rvdo. Gray Lesesne, D.Min.

Viernes 19 de febrero

Consejo profesional para el caminar por el desierto: Darse cuenta de las cosas grandes

Jesús les dijo: “¿Nunca leyeron en las Escrituras ‘La piedra que desecharon los constructores se ha convertido en la piedra angular; ¿esto lo ha hecho el Señor, y es asombroso a nuestros ojos?” -Mateo 21:42

Caminar a través del desierto con intención en esta Cuaresma significa que debemos estar constantemente atentos a los signos de la gracia, la presencia y la paz de Dios. Hemos sido entrenados para pensar que estos signos de Dios deben ser pequeños o sutiles o estar escondidos; sin embargo, a menudo son como grandes rocas o piedras colocadas frente a nosotros, si sólo tenemos ojos para verlos como regalos y mensajes de Dios.

Jesús incluye esta notable cita del Salmo 118 (“La misma piedra que desecharon los edificadores…”) cuando cuenta la parábola de los inquilinos malvados a los sumos sacerdotes y ancianos del Templo de Jerusalén en el Evangelio de Mateo. Es una acusación condenatoria de estos líderes del templo, ya que los acusa de no ser capaces de ver al anhelado Mesías que está a la vista de todos, como los constructores del templo no vieron la piedra angular que estaba ante sus ojos. Del mismo modo: Que en nuestro viaje por el desierto es tan evidente para ti y para mí que simplemente lo pasamos por alto, perdiéndonos una gran pista, un mensaje o una señal de Dios

ORACIÓN

Dame ojos para ver y oídos para oír, Santísimo, para que no rechace ni pase por alto lo que me envías, sino que abrace el camino del desierto con alegría. Amén.

El Muy Rvdo. Gray Lesesne, D.Min.

Lunes, 22 de febrero

¿Oveja o cabra, o ambas?

Y dirá el Rey a los que estén a su derecha: “Vengan ustedes, los que han sido bendecidos por mi Padre; reciban el reino que está preparado para ustedes desde que Dios hizo el mundo. Pues tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; anduve como forastero, y me dieron alojamiento. Estuve sin ropa, y ustedes me la dieron; estuve enfermo, y me visitaron; estuve en la cárcel, y vinieron a verme.” Entonces los justos preguntarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre, y te dimos de comer? ¿O cuándo te vimos con sed, y te dimos de beber? ¿O cuándo te vimos como forastero, y te dimos alojamiento, o sin ropa, y te la dimos? ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?” El Rey les contestará: “Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí mismo lo hicieron.”. -Mateo 25:34-40 (abreviado)

Confieso que el pasaje del evangelio de hoy (Mateo 25:31-46) no me ofrece lo más imagen tranquilizadora de Dios, al menos en la medida en que retrata a un gran rey en el Día del Juicio que separa las ovejas de las cabras, los justos de los injustos. ¿Acaso Dios, que es misericordioso sea tan absoluto en el juicio, como si tú y yo fuéramos todos ovejas o cabras?

Sin embargo, hay una distinción que surge en esta desafiante historia que cuenta Jesús. Tanto la oveja como la cabra responden al juicio con idénticas palabras: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento… sediento… forastero…?”. Las ovejas, sin pretensiones, centradas en la necesidad, no reparan en los cuidados que les ofrecen. Las cabras olvidadas ni siquiera ven la necesidad. Mi esperanza está en el juicio misericordioso de Dios que, como asegura el Salmo 139, “tú me has probado y conocido”, Observas “mis viajes y mis lugares de reposo”, Ve si hay en mi camino de perversidad y “guíame en el camino eterno”, oveja y cabra que soy.

¿Qué momentos has recordado y has sentido alegría al darte cuenta de que habías hecho una acción solidaria por alguien necesitado? ¿Qué momentos has recordado y te has dado cuenta de que habías perdido una oportunidad de ayuda ante tus ojos? ¿Cómo podrías agudizar tu visión humanitaria para multiplicar tus momentos de alegría -y los de los demás-?

ORACIÓN

Dios misericordioso, abre nuestros ojos a las necesidades de los que nos rodean: Inspíranos a dar de nosotros mismos con corazones agradecidos por tu amor y por la alegría que nos da el compartir tu amor con los demás, sabiendo que al dar a los demás, te damos también a ti. Amén.

El Rvdo. Tom Kryder-Reid

Martes 23 de febrero

Aprendiendo de memoria

Jesús dijo: “Oren entonces de esta manera: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre…” -Mateo 6:9ss

Tal vez, como yo, creciste aprendiendo el Padre Nuestro, en una u otra traducción, y te resulta tan familiar como respirar. O tal vez la fe cristiana es nueva para ti, y estás sopesando lo que crees y te preguntas qué puede hacer esta oración que Jesús enseñó significa para ti.

Si aún no lo has hecho, adelante, memorizalo. O, mejor dicho, apréndelo de memoria, no sólo de memoria, sino absorbiendo sus sonidos y ritmos, sus significados e implicaciones, en tu ser más íntimo, la vida que Dios te ha dado. Como comprendieron nuestros antiguos antepasados en la fe, conocer de memoria las pepitas de la fe nos da sustancia para la reflexión y la meditación y nos ancla en tiempos de estrés y problemas.

¿Qué pasajes de las escrituras y oraciones te hablan? ¿Qué tal el Salmo 23, especialmente en la versión King James (Libro de Oración Común, p. 511), o el Salmo 121 (p. 670)? ¿Tal vez Juan 10:11, 27-28 (“Yo soy el buen pastor…”) o Efesios 3:20-21? Para la hora de dormir, prueba la antífona de Completas, “Guíanos, Señor, despiertos, y guárdanos mientras dormimos…” (Libro de Oración Común, p. 100) y para la mañana, el Salmo 118:24, “Este es el día que actuó el Señor regocijémonos y alegrémonos en él”. ¿Qué otras perlas querrías hacer tuyas guardandolas en tu corazón?

ORACIÓN

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, tuyo es el poder, y tuya es la gloria, ahora y por siempre. Amén.

El Rvdo. Tom Kryder-Reid

Miércoles, 24 de febrero: San Matías Apóstol

Comunicando con los no anunciados y desconocidos

Entonces propusieron a dos: a José, llamado Barsabás, y llamado también Justo, y a Matías. Y oraron así: «Señor, tú que conoces los corazones de todos, muéstranos cuál de estos dos has escogido para que tome a su cargo el servicio de apóstol que Judas perdió por su pecado, cuando se fue al lugar que le correspondía. Lo echaron a la suerte, y ésta favoreció a Matías, quien desde aquel momento quedó agregado a los once apóstoles.. -Hechos 1:23-26

Hoy en día, en el calendario de conmemoraciones de la Iglesia, Matías es una fiesta importante por figurar entre los doce apóstoles originales, aunque se le nombrara tarde, después de la ascensión de Jesús, y para ocupar el lugar del pérfido Judas. No es un mal legado para un tipo del que no sabemos nada más.

Pero estoy agradecido por los oscuros primeros seguidores como él y Bartolomé. Como Juana y “las otras mujeres” en la tumba de Jesús en la mañana de Pascua (Lucas 24:10). O Simón y Judas. O el compañero que fue degradado para siempre a Santiago el Menor, por no mencionar al pobre “José llamado Barsabás, que también era conocido como Justo”, que fue dejado de lado en favor de Matías.
(¿quizás porque tenía demasiados nombres?). Ellos y otros innumerables desde ellos
me recuerdan que, por la gracia de Dios, todos nosotros, los no anunciados junto con los famosos, tenemos nuestro papel para hacer sonar el reino de la justicia, la misericordia y el amor de Dios.

¿Qué papel te ves desempeñando en el drama de la obra de amor de Dios que se desarrolla hoy en día? ¿Quiénes de los que no son conocidos, ahora o en el pasado, te inspiran?

ORACIÓN

Dios todopoderoso, que por tu Santo Espíritu nos has hecho uno con tus santos en el cielo y en la tierra: Concede que en nuestro peregrinaje terrenal seamos continuamente sostenidos por esta comunión de amor y oración, sabiéndonos rodeados por su testimonio de tu poder y misericordia. Te lo pedimos por amor de Jesucristo, en quien todas nuestras intercesiones son aceptables por medio del Espíritu, y que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. (Libro de Oración Común, p. 318)

El Rvdo. Tom Kryder-Reid

Jueves, 25 de febrero

La regla de oro-y más

Pidan, y Dios les dará; busquen, y encontrarán; llamen a la puerta, y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama a la puerta, se le abre. »¿Acaso alguno de ustedes sería capaz de darle a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿O de darle una culebra cuando le pide un pescado? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a quienes se las pidan! »Así pues, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes; porque en eso se resumen la ley y los profetas. -Mateo 7:7-12 (abreviado)

Lo que hemos llegado a conocer como la Regla de Oro – “haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti”- es una pepita que Jesús atribuye con razón a sus predecesores “la ley y los profetas”. De hecho, sus raíces se remontan a fuentes muy anteriores a él, y aparece en varias versiones en casi todas las tradiciones religiosas y éticas.

¿Te has dado cuenta, sin embargo, del sutil giro que realiza Jesús en su camino para refrendar esta máxima? Comienza animándonos a pedir, buscar y llamar, asegurándonos que recibir. Luego cambia su énfasis de recibir a dar, invocando a nuestros hijos como receptores sólo para asegurarse de que seguimos escuchando. Así que me pregunto -más que simplemente afirmando un trozo de sabiduría antigua, ¿podría Jesús estar insinuando que nuestras mejores perspectivas de recibir crecen a partir de nuestro compromiso previo de dar? Al fin y al cabo, él es el único conocido por su afirmación de que “El que trate de salvar su vida, la perderá, pero el que pierda su vida por causa mía, la salvará”. (Mateo 10:39)

¿En qué ocasiones has comprobado que dar te ha llevado a recibir más de lo que podrías haber pedido o imaginado? ¿Puedes imaginar las formas en que Jesús podría estar instándote ahora mismo a “perder [tu] vida por mi causa” para encontrarla?

ORACIÓN

Dirígenos, oh Señor, en todas nuestras acciones, con tu benignísimo favor, y auxílianos con tu continua ayuda; para que en todas nuestras obras comenzadas,continuadas y terminadas en ti, glorifiquemos tu santo Nombre y, finalmente, por tu misericordia, obtengamos la vida eterna; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.. (Libro de Oración Común, p. 723)

El Rvdo. Tom Kryder-Reid

Viernes 26 de febrero

El desierto por el que caminamos

De lo profundo, oh Señor, a ti clamo; Señor, escucha mi voz; *

estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica.

Si tú, oh Señor, notares los delitos, *

¿quién, oh Señor, podrá mantenerse? Mas en ti hay perdón, *

por tanto serás venerado.

Aguardo al Señor; le aguarda mi alma; *

en su palabra está mi esperanza. Salmo 130:1-4

La naturaleza, como metáfora de las luchas de la vida, es para mí un paisaje de formas y características variadas. He caminado por llanuras de repetición y tedio, he subido a duras penas las montañas de los desafíos, me he tambaleado ante los precipicios del miedo, me he empalado en los afloramientos de la ira y el desprecio, me he hundido en los pantanos de la tentación y, como el salmista de hoy, he gritado desde los valles de la desesperación, “desde las profundidades”.

Me inclino a decir que caminar por el desierto no es un viaje para llorones. Excepto que tal vez lo sea. Hojea alguna vez los salmos, los profetas también, el impaciente Job especialmente. Encontrarás página tras página de quejumbrosos, suplicantes, lamentadores, pero todos lo suficientemente valientes como para abrir sus bocas y esperar una palabra de Dios que escucha, con quien hay perdón, en cuya palabra hay esperanza, y que como Jesús caminó por nuestro desierto como uno de nosotros. ¿Qué desierto estás caminando ahora? En cuya presencia ¿sientes la presencia de Jesús contigo?

ORACIÓN

Oh, Dios de suprema majestad y de amor inquebrantable, que estás lejos y cerca: Asegúranos, por medio de los impulsos de tu Espíritu Santo, que estás con nosotros a cada paso de nuestra peregrinación terrenal, y danos confianza, por medio de la resurrección de tu hijo Jesucristo, para esperar con alegría nuestro lugar contigo en tu morada celestial, en el abrazo de tus brazos eternos. Amén.

El Rvdo. Tom Kryder-Reid

Lunes, 1 de marzo

No puede ser, ¿verdad?

En ese momento llegaron sus discípulos. Se asombraron de que hablara con una mujer, pero nadie dijo: “¿Qué quieres?” o “¿Por qué hablas con ella?”. Entonces la mujer dejó su cántaro de agua y volvió a la ciudad. Le dijo al a la gente: “¡Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho! No puede ser el Mesías, ¿verdad?”. Salieron de la ciudad y se pusieron en camino hacia él. -Juan 4:27-30

A veces esperamos la oportunidad perfecta para encontrarnos con la persona más adecuada en el lugar adecuado. Dejamos pasar las oportunidades de hablar de Jesús porque estamos inmersos en nuestros propios pensamientos, o concentrados en las tareas del día, u ocupados con nuestros amigos. Los discípulos habían ido a la ciudad a comprar comida. La mujer había ido de la ciudad al pozo para sacar agua. Si se cruzaron en el camino, probablemente no hablaron. Y mientras los discípulos compraban comida, evidentemente no dijeron a todos en la ciudad que Jesús estaba en el pozo.
Si se tratara de una comedia dramática en el escenario o en el cine, nos reiríamos de la gente que pasa sin reconocer. Sabemos que la mujer se encontraría con Jesús y lo anunciaría a la gente de la ciudad. Sabemos que los discípulos dudarían de las acciones de Jesús en el pozo y se preguntarían por su incorrección. Nos reímos porque podemos imaginar las miradas de desconcierto en los rostros de todos los implicados una vez que Jesús es recibido en la ciudad samaritana y conducido por una mujer.  ¿Te relajas y te ríes a veces de algunas situaciones de las Escrituras? El humor nos ayuda a recordar las historias.

Oración

Señor de toda esperanza, guíanos en nuestro camino por el desierto de esta vida. Ayúdanos a mirar más allá de nuestras tareas inmediatas y compañeros actuales para ver a las personas que nos rodean. Danos el valor de entablar conversaciones con Jesús, aunque nos encontremos con alguien que está en un lugar en el que nos sentimos inseguros, o que está haciendo una tarea que nos parece humilde. Confiamos en ti para que abras nuestros corazones y nuestras mentes para frenar e invitar a la gente a conocer tu amor. Amén.

La Rvda. Dra. Joyce Scheyer

Martes, 2 de marzo

“Así lo creyó él mismo, junto con toda su casa”.

… Había un funcionario real cuyo hijo estaba enfermo en Cafarnaúm. Cuando se enteró de que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue y le rogó que bajara a curar a su hijo, porque estaba a punto de morir. Entonces Jesús le dijo: “Si no ves señales y prodigios, no creerás”. El funcionario le dijo: “Señor, baja antes de que mi hijito muera”. Jesús le dijo: “Ve; tu hijo vivirá”. El hombre creyó la palabra que le dijo Jesús y se puso en camino. Mientras bajaba, sus esclavos se reunieron con él y le dijo que su hijo estaba vivo. Entonces les preguntó la hora en que empezó a recuperarse, y le dijeron: “Ayer a la una de la tarde le bajó la fiebre”. El padre se dio cuenta de que esa era la hora en que Jesús le había dicho: “Tu hijo vivirá”. Así que él mismo creyó, junto con toda su familia. -Juan 4:46-53
Meditación

¿Cuántas veces hemos escuchado que alguien se unió a un grupo porque un amigo o
pariente los convenció de hacerlo? ¿Cuántas veces oímos también que la pertenencia a un determinado club o gimnasio depende de conocer a un miembro actual y ser “acogido”? El funcionario real acudió a Jesús suplicando por la vida de su hijo pequeño. Llegó a Galilea, donde el tetrarca Herodes Antipas era un poco más amable con Jesús que los otros gobernantes regionales de Herodes. Sin embargo, el funcionario llegó sin la protección de su cargo ni de sus conexiones reales. Vino a Jesús como un padre que temía por su hijo. Era un asunto familiar y Jesús dejó que siguiera así en su mayor parte.

El funcionario real creyó en las palabras de Jesús, dejó de suplicar y se apresuró a volver a casa con su hijo. Toda su casa creyó, siguiendo el ejemplo del funcionario real. No fue requerido, no era una orden de su superior, era su creencia personal y compartida con su familia en el amor. Cuando llegó a Herodes la noticia de que el funcionario creía, Herodes sabrían que Jesús curó en el amor y no en el cabildeo por la lealtad. Seguramente el impacto llegó hasta los tribunales y muchos más creyeron. Al igual que el funcionario real, tenemos acceso directo a Jesús y Él sí escucha nuestras oraciones.
¿Por qué crees en Jesús? ¿Te dijeron que te ayudaría a avanzar en la comunidad o en el trabajo? ¿Es porque has hablado con Jesús en una charla de oración y has sentido que el Espíritu Santo te calienta el corazón?

Oración

Querido Dios, ayúdanos a hablar contigo y a creer en el poder curativo de Jesús. Que podamos escapar de los límites de la popularidad y el privilegio para presentarnos como simplemente humanos. Te agradecemos el ejemplo de este funcionario real que buscó a Jesús, pidió sin expectativa, y se regocijó en la curación. En este desierto de la política y los protocolos sociales, condúcenos de nuevo a la verdad en el amor. Que vivamos nuestras vidas en tu Gracia y mostremos con el ejemplo el poder de tu Santo Nombre. Amén.

 

La Rvda. Dra. Joyce Scheyer

Miércoles, 3 de marzo

 ¿Reconoces a Jesús en medio de tu sufrimiento?

Le preguntaron: “¿Quién es el hombre que te ha dicho: “Levántate y anda”?” ¿El hombre que había sido curado no sabía quién era, pues Jesús había desaparecido entre la multitud que estaba allí? Más tarde, Jesús lo encontró en el templo y le dijo: “Mira, has quedado sano. No peques más, para que no te ocurra nada peor”. El hombre se fue y contó a los judíos que era Jesús quien lo había sanado. Juan 5:12-15

Jesús nos llama en medio de la vida. A menudo sentimos su presencia o escuchamos “una voz” sin estar seguros de que es Jesús. Tal vez sea así como Dios elige venir a nosotros, especialmente cuando nos sentimos heridos y excluidos. Nos mejoramos, encontramos una manera de aliviar nuestro sufrimiento, y podemos pensar que sabemos cómo y por qué ocurrió. El hombre de la estera buscó la curación en las aguas y obtuvo la curación por parte de Jesús – de forma anónima. Parece que el hombre no sólo tomó su estera y caminó. Entró en el templo llevando la estera en sábado y rompiendo la ley a sabiendas. El hombre le contó a todo el mundo acerca de Jesús, incluso después de haber sido advertido de que podrían ocurrir cosas peores.
Cuando sientes el toque sanador de Jesús, ¿tienes miedo de gritarlo? ¿Es más fácil ocultar la Buena Nueva y seguir pareciendo que sufres un poco para no tener que dar explicaciones?

Oración

Oh, Señor, escucha nuestra oración y haznos señas para que acudamos a ti. Recuérdanos cuánto tiempo y cuán profundamente has estado en nuestras vidas. Ayúdanos a reclamarte en voz alta mientras clamamos por tu ayuda en nuestra curación. En el nombre de Jesús, Amén.

La Rvda. Dra. Joyce Scheyer

Jueves, 4 de marzo

 Si oyes la palabra de Dios y crees, ¿has reclamado la vida eterna?

Jesús les dijo: “En verdad os digo que el que oye mi palabra y cree al que me ha enviado, tiene vida eterna y no es juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida. En verdad os digo que llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán. Porque, así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha concedido al Hijo tener vida en sí mismo.” -Juan 5:24-26

Parece tan sencillo escuchar la voz de Jesús. En realidad, puede ser bastante difícil escuchar la palabra de Dios con claridad. Cada persona está hecha de forma tan única a imagen de Dios que es difícil comunicarse con los demás. Ahí es donde nos equivocamos al revelar que oímos la palabra. Pensamos erróneamente que nuestras propias palabras tienen sentido para los demás. La interpretación de una persona del mensaje de las escrituras en el mundo actual puede no tener sentido para otra persona. Las personas aprenden de diversas maneras y el trasfondo de nuestras vidas filtra los testimonios de los demás. No se puede juzgar entre las personas quién ha escuchado la palabra de Dios. Más bien es un reto de toda la vida tratar de hablar de lo eterno vida – sobre escuchar y creer la palabra de Dios en Jesús – y construir una comunidad como creyentes. En cualquier momento podemos encontrarnos cara a cara con Jesús, ya sea en vida o después de la muerte.

¿Le has dicho a Jesús que oyes la palabra de Dios en Él y que crees? El decirlo hace que sea verdad.

Oración

Querido Dios, nos volvemos hacia ti para escuchar mejor tu palabra. Nos acercamos a ti en nuestras diferencias como personas para reunirnos como tus hijos. Danos paciencia, danos una intención pacífica, danos palabras y gestos para compartir nuestra creencia con la gente que nos rodea. Te amamos y queremos conocer tu mensaje para nosotros. En el nombre de Jesús, amén.

La Rvda. Dra. Joyce Scheyer

Viernes, 5 de marzo

 ¿Qué aspecto tiene el amor de Dios en ti?

Ustedes estudian las Escrituras con mucho cuidado, porque esperan encontrar en ellas la vida eterna; sin embargo, aunque las Escrituras dan testimonio de mí, ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida.»Yo no acepto gloria que venga de los hombres. Además, los conozco a ustedes y sé que no tienen el amor de Dios. Yo he venido en nombre de mi Padre, y ustedes no me aceptan; en cambio, si viniera otro en nombre propio, a ése lo aceptarían. ¿Cómo pueden creer ustedes, si reciben gloria los unos de los otros y no buscan la gloria que viene del Dios único? -Juan 5:39-44

Veo las publicaciones en las redes sociales de los bebés de mis amigos más jóvenes que se convierten en niños pequeños. Los seres humanos tardan mucho en aprender a usar las palabras y a hablar. El amor de Dios puede estar en un niño mucho antes de que pueda contarlo. A veces ese amor se muestra a través de sus ojos o en su forma de abrazar o en su comportamiento en los servicios de la iglesia (o vigilando durante la pandemia). Llevamos a nuestros hijos con nosotros para estar con Dios. Sin embargo, los adultos somos más lentos a la hora de mostrar intencionadamente nuestro amor a Dios y a los demás con un contacto visual o una simple sonrisa, ya sea para los miembros de la iglesia o para los visitantes. Creemos en la palabra de Dios mientras prestamos más atención a ciertas personas poderosas como si fueran ídolos.
¿Qué más esperas que haga Dios para convencerte de que vengas a amar y a tener vida?

Oración

Dios de la gracia y del amor, te damos gracias por nuestra comunidad humana llena de tu amor. Acudimos a ti en busca de una vida renovada. Te exponemos nuestras andanzas en el desierto de la adoración extraviada. Te pedimos que nos ayudes a no poner ningún ser humano por encima de ti y ninguna emoción por encima de tu amor. Te lo pedimos en nombre de Jesús. Amén.

La Rvda. Dra. Joyce Scheyer

Lunes, 8 de marzo

 ¿Dónde aprendió a leer?

Hacia la mitad de la fiesta, Jesús subió al templo y se puso a enseñar. Los judíos se asombraron de ello, diciendo: “¿Cómo tiene este hombre tanta ciencia, si nunca ha sido enseñado?”. Entonces Jesús les respondió: “Mi enseñanza no es mía, sino de quien me ha enviado. El que se decida a hacer la voluntad de Dios sabrá si la enseñanza viene de Dios o si hablo por mi cuenta. Los que hablan por su cuenta buscan su propia gloria; pero el que busca la gloria del que le ha enviado es verdadero, y no hay nada falso en él.” -Juan 7:14-18

Más de una persona me ha preguntado sobre los años de la vida de Jesús antes de que comiencen los Evangelios. Hay algunos trabajos académicos y escritos alternativos sobre los años de crecimiento de Jesús. Oímos en las escrituras que a la edad de doce años, Jesús asombraba al pueblo judío fiel leyendo junto a los ancianos educados. No escuchamos el detalle de Jesús en la escuela primaria aprendiendo sus letras y fonética. ¿Necesitamos ese detalle? ¿Conocemos la infancia y los años de escuela de los demás? Quizás las historias seleccionadas de la familiaridad de Jesús con las escrituras sean suficientes. Necesitamos conocer las Escrituras a través del estudio y el intercambio. Me pregunto si nos distraemos cuando buscamos detalles sobre las personas, incluyendo a Jesús, que son tangenciales al punto principal. Leer y compartir nuestros pensamientos sobre las Escrituras es una práctica de toda la vida de los verdaderos creyentes en Jesucristo. Podemos utilizar diferentes estilos de aprendizaje, usar diferentes modos de comunicación y estudiar los libros de la Biblia en varios órdenes o por temas. La conclusión es que debemos conocer las Escrituras y seguir el ejemplo de Jesús. Eso nos ayudará a evitar hablar por nuestra cuenta, y nuestros grupos pequeños nos recuerdan que debemos dar siempre la gloria sólo a Dios.

¿Tienes una Regla de Vida que incluya el estudio continuo de las escrituras y el compartir la palabra de Dios en comunidad?

Oración

Dios bondadoso, queremos conocerte en las escrituras y vivir tu amor en comunidad. Reaviva nuestra esperanza. Asegúranos tu gloria que supera a cualquier imitador humano. Te entregamos nuestras vidas. En el nombre de Jesús, amén.

La Rvda. Dra. Joyce Scheyer

Martes, 9 de marzo

¿Qué sueños has dejado de lado durante demasiado tiempo?

El último día de la fiesta, el gran día, estando Jesús allí, gritó: “Que venga a mí el que tenga sed, y que beba el que crea en mí. Como dice la Escritura: “Del corazón del creyente brotarán ríos de agua viva””. Ahora bien, dijo esto acerca del Espíritu, que debían recibir los creyentes en él; pues todavía no había Espíritu, porque Jesús aún no había sido glorificado. -Juan 7:37-39

El agua es un tema importante en nuestras iglesias. El bautismo en una pila llena de agua bendita es un acontecimiento importante en la vida de cada cristiano. Renovación de los votos bautismales al menos cinco veces adicionales cada año durante el culto. Algunas personas se acercan al chorro de agua que viene del pasillo central. Otras personas se esconden detrás de sus boletines para evitar incluso una gota. El simbolismo es lo suficientemente fuerte como para bendecir a todos los presentes en el santuario, mojados y secos. El vino de la comunión se mezcla también con un poco de agua para que bebamos en el agua viva cada semana cuando estemos en persona. Durante esta pandemia se siente un poco como si estuviéramos perdidos en una playa seca y caliente sin comunión ni bautismos. Podemos ver la fuente vacía y el altar desnudo y tenemos sed de Agua Viva. Jesús nos dice que del corazón del creyente, de nuestro corazón, brotarán ríos de agua viva. Ahora llevamos dentro el agua viva y el espíritu de Dios. Somos ungidos con aceite y sellados por el Espíritu Santo en el bautismo. Jesús ha sido glorificado y nosotros llevamos la marca en aceite y agua.
¿Se extiende o se esconde del aspersor de agua durante las renovaciones bautismales? ¿Por qué?

Oración

Querido Dios, te damos gracias por las aguas vivas del bautismo y la renovación. Ansiamos beber del cáliz en la comunión cuando es más seguro compartirlo. Te pedimos que nuestros corazones fluyan y tus aguas llenen nuestro mundo. Ayúdanos a caminar por tus caminos para gloria de tu nombre. Amén.

La Rvda. Dra. Joyce Scheyer

Miércoles, 10 de marzo

 No es un secreto para Jesús – este desierto de episodios en mi vida

Jesús respondió: “Aunque yo testifique en mi favor, mi testimonio es válido porque sé de dónde vengo y a dónde voy, pero ustedes no saben de dónde vengo ni a dónde voy. Tú juzgas con criterios humanos; yo no juzgo a nadie. Sin embargo, aunque juzgue, mi juicio es válido, porque no soy yo el único que juzga, sino yo y el Padre que me envió. En vuestra ley está escrito que el testimonio de dos testigos es válido. Yo testifico por mí mismo, y el Padre que me envió testifica por mí”.  -Juan 8:14-18

Me pregunto si los oficiantes de la Oración de la Mañana pueden ver cuánta gente está mirando. La sensación es diferente en línea, donde la vista es tu propia cara como en un espejo y no hay voces para escuchar la respuesta. Sin embargo, el oficiante conoce las páginas y las oraciones. Los salmos y las lecturas de las escrituras fluyen con la misma fluidez que en persona. Ofrenda de amor verdadero, el oficio diario es una disciplina y un tiempo de estudio para los asiduos. Los visitantes ocasionales pueden sentirse desconcertados al principio sobre por qué alguien querría una media hora tan tranquila e intencionadamente rítmica con Dios. Puede ser poderoso simplemente subirse a la ola del servicio y escuchar lecturas en lugar de hojear las páginas. Cada persona que asiste a la conferencia en línea probablemente ve el servicio de manera un poco diferente. Para los estándares humanos hay mucho que absorber. Siempre que hay dos personas como dos testigos, hay intencionalidad y confianza en Dios, que está más allá de nuestra comprensión. Qué bonito es que dos personas reunidas para rezar sean testigos de la verdad de Dios.
¿Cuándo oras intencionadamente y llevas los episodios de tu vida ante Dios y ante un testigo humano?

Oración

Querido Dios, acudimos a ti con un sentimiento de vulnerabilidad mezclado con agotamiento. Tú nos llamas sin importar lo que hayamos hecho o dónde hayamos estado. Nos hemos juzgado mutuamente con criterios humanos y nos hemos adentrado en un desierto de secretos que escondemos en conversaciones reservadas. Te pedimos ayuda para reconciliar nuestros errores del pasado con la esperanza de nuestro futuro contigo. Ayúdanos a despejar nuestras mentes y nuestros corazones para dar cabida a tu verdad en el amor. Queremos ser más intencionales en la oración a partir de ahora. En el nombre de Jesús, Amén.

La Rvda. Dra. Joyce Scheyer

Jueves, 11 de marzo

La tentación es fuerte, pero no estás solo.

Porque el que me ha enviado está conmigo; mi Padre no me ha dejado solo, porque yo siempre hago lo que a él le agrada. Cuando Jesús dijo esto, muchos creyeron en él. Jesús les dijo a los judíos que habían creído en él: Si ustedes se mantienen fieles a mi palabra, serán de veras mis discípulos; conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.” -Juan 8:29-32

Hay cosas que hacemos una vez en la vida, y otras que repetimos con regularidad. Algunas cosas en la vida son opcionales y otras son esenciales. ¿Sabes cuál es para el pueblo de Dios? Jesús enfatizó que los judíos necesitaban continuar en su palabra. Sólo haciendo intencionalmente tiempo y espacio para vivir en la creencia la gente se convertirá en discípulos. La verdad de la palabra de Dios, la verdad de Jesús como hijo de Dios, la verdad de vivir en una comunidad de creyentes – esa verdad haría a los judíos libres. Esa misma verdad nos hará libres. Sea cual sea el desierto que parece rodearte hoy, volver a las escrituras y a la comunidad cristiana te sumergirá en la verdad.
¿Qué sentiste la primera vez que una ráfaga de la verdad de Dios te atravesó de pies a cabeza?

Oración

Dios de toda verdad, te pedimos que nos envuelvas en tu palabra y nos guíes por tus caminos. Día a día te buscamos en tu plenitud y nos quedamos cortos. Ayúdanos a ser pacientes y a crecer lenta y constantemente en tu verdad. Que estemos alegres en el camino y seamos intencionales en nuestro viaje contigo. En el nombre de Jesús, amén.

La Rvda. Dra. Joyce Scheyer

 

Viernes, 12 de marzo

¿Se pregunta cuándo volverá a abrazar a sus seres queridos?

Jesús les contestó: Si de veras Dios fuera su padre, ustedes me amarían, porque yo vengo de Dios y aquí estoy. No he venido por mi propia cuenta, sino que Dios me ha enviado. ¿Por qué no pueden entender ustedes mi mensaje? Pues simplemente porque no pueden escuchar mi palabra. -Juan 8:42-43

Jesús se esforzó por contar la historia de Dios como su Padre. Sin embargo, el pueblo reclamaba a Abraham como su padre y se resistía a cambiar. Las generaciones se remontan a Abraham, mientras que Jesús era sólo un joven. A la gente le resultaba difícil entender que Jesús era a la vez el hijo del único Dios y un hombre físico que caminaba entre ellos. En este punto de la historia del Evangelio, Jesús necesitaba que la gente aceptara quién era en su totalidad, tanto humana como divina. No funcionaba porque la idea de “padre” estaba impregnada de una genealogía humana literal. Se creía que Dios era inmensamente poderoso, omnisciente, generoso y sentencioso y más allá de lo humano. Otro aspecto de Jesús como Mesías chocaba con la tradición y la historia de los israelitas.  ¿Crees que nuestro Dios es el Dios del amor? El amor de Dios nos une a través de  la distancia y el tiempo. ¿Los recuerdos de tus seres queridos traen bendiciones a tu vida ahora y aquí mismo?

Oración

Oh Dios, venimos a ti como tus hijos. Aceptamos a Jesús como nuestro hermano humano y tu hijo divino. Te pedimos que estés con nosotros mientras vivimos en este desierto pandémico de separación de nuestros seres queridos. Tráenos de vuelta a tu casa con fe para que podamos vivir nuestros dones espirituales y ser fructíferos incluso en esta circunstancia. Guíanos para que seamos tu pueblo y sólo tu pueblo por toda la eternidad mientras encontramos fuerza en tu abrazo amoroso. Amén.

La Rvda. Dra. Joyce Scheyer

Lunes, 15 de marzo

“Ve; tu hijo vivirá”.

Cuando pasaron los dos días, Jesús se fue de allí a Galilea (porque el mismo Jesús había testificado que un profeta no tiene honor en el propio país del profeta). Cuando llegó a Galilea, los galileos le dieron la bienvenida, pues habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén en la fiesta; porque también ellos habían ido a la fiesta. Luego llegó de nuevo a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real cuyo hijo estaba enfermo en Cafarnaúm. Cuando se enteró de que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue y le rogó que bajara a curar a su hijo, pues estaba a punto de morir. Entonces Jesús le dijo: “Si no ves señales y prodigios, no creerás”. El funcionario le dijo: “Señor, baja antes de que mi hijito muera”. Jesús le dijo: “Ve; tu hijo vivirá”. -Juan 4:43-50

Jesús está en Galilea y recibe a un pagano, funcionario del rey, que pedía ayuda para su hijo enfermo. Quería que Jesús fuera con él a la casa para curar al niño. Entonces Jesús le dijo: “Si no ves señales y prodigios, no creerás” ¿Por qué esta respuesta? ¿Qué quiere enseñarnos Jesús? Quiere enseñarnos cómo debe ser la fe. El funcionario del rey sólo creería si Jesús fuera con él a su casa. Quiere ver el milagro. En el fondo, es la actitud normal de todos nosotros. Queremos “ver para creer”. Nos falta fe. A pesar de ello, Jesús no discrimina. Vemos que, aunque no va con el hombre a su casa, le dice: “Vete; tu hijo vivirá” El funcionario creyó en Jesús y se fue a su casa sin ver ninguna señal o milagro. ¡Y el milagro se cumple! No debió de ser fácil. Este es el verdadero milagro de la fe: creer sin más garantía que la Palabra de Jesús. En tiempos de dificultad, ¿cómo vivimos ¿nuestra fe? ¿Confiamos en la palabra de Jesús o sólo creemos en milagros y experiencias sensibles? Jesús no discrimina razas ni religiones. ¿Cómo nos relacionamos con la gente?

ORACIÓN

Dios amoroso, nos acercamos a ti, pidiéndote tu favor: perdónanos por las veces que nuestra fe ha flaqueado y hemos actuado como si Tú no existieras, en nuestras relaciones con los demás. Fortalece nuestra fe para que los demás crean en ti, encuentren tiempo para ti y vivan en tu presencia; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, ahora y siempre. Amén.

El Rvdo. Hipólito Fernández Reina

Martes, 16 de marzo

Solidaridad

Había una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. En Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, hay un estanque, llamado en hebreo Beth-zatha, que tiene cinco pórticos. En ellos yacían muchos inválidos: ciegos, cojos y paralíticos. Había un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Cuando Jesús lo vio allí tendido y supo que llevaba mucho tiempo, le dijo: “¿Quieres curarte?”. El enfermo le contestó: “Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua; y mientras hago el camino, otro se baja delante de mí”. Jesús le dijo: “Levántate, toma tu camilla y camina”. Al instante el hombre quedó sano, tomó su camilla y comenzó a caminar. Juan 5:1-9

La porción de la escritura que hemos compartido describe cómo Jesús cura a un hombre paralítico que esperó 38 años para que alguien lo ayudara a llegar al agua de la piscina para curarse. ¡Treinta y ocho años! Los enfermos se sentían atraídos por las aguas de este lugar y decían que un ángel agitaba las aguas y el primero en bajar tras el movimiento del ángel se curaría. En otras palabras, los enfermos eran atraídos por falsas esperanzas, ya que la curación era sólo para una persona. Ante esta ausencia total de solidaridad, ¿qué hizo Jesús? No respetó la ley del sábado y curó al paralítico. Hoy, Con la falta de gente que cuide a los enfermos en los países pobres, muchas personas experimentan la misma falta de solidaridad. Viven en total abandono, sin ayuda, sin solidaridad de nadie.

En este tiempo de Cuaresma y siempre, Dios nos invita a ser solidarios y compasivos, desafiándonos a percibir la situación dramática en la que se encuentran muchas personas y a actuar para que la humanidad pueda experimentar un poco de amor y simpatía a través de nuestra ayuda y afecto. ¿Has tenido una experiencia similar a la del paralítico, esperando mucho tiempo sin ayuda? ¿Cómo se atiende a los enfermos y necesitados en la comunidad donde vives?

ORACIÓN

Dios de la misericordia, te pedimos que entres en nuestros corazones para que en todo lo que hagamos mostremos tu solidaridad y tu amor, y así anunciemos a todos los hombres la grandeza de tu salvación. Por Jesucristo nuestro Señor, amén.

El Rvdo. Hipólito Fernández Reina

Miércoles, 17 de marzo

De la muerte a la vida

Jesús les dijo: «Les aseguro que el Hijo de Dios no puede hacer nada por su propia cuenta; solamente hace lo que ve hacer al Padre. Todo lo que hace el Padre, también lo hace el Hijo. Pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace; y le mostrará cosas todavía más grandes, que los dejarán a ustedes asombrados. Porque así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, también el Hijo da vida a quienes quiere dársela. Y el Padre no juzga a nadie, sino que le ha dado a su Hijo todo el poder de juzgar, para que todos den al Hijo la misma honra que dan al Padre. El que no honra al Hijo, tampoco honra al Padre, que lo ha enviado. Les aseguro que quien presta atención a lo que yo digo y cree en el que me envió, tiene vida eterna; y no será condenado, pues ya ha pasado de la muerte a la vida. -Juan 5:19-24

Dios es vida, fuerza creadora. La gran preocupación de Dios es superar la muerte y hacer la vida. Allí donde Dios está presente, la vida renace. Dios se hace presente a través de la Palabra de Jesús. Los que escuchan la palabra de Jesús como enviada por Dios ya están resucitados porque ya han recibido el toque vivificador que los lleva más allá de la muerte, pasando de la muerte a la vida.

Hay tanta gente que necesita encontrarse con esa presencia de Dios que da vida. Esto me hace pensar en nuestra relación con Dios. Tal vez los muertos seamos todos nosotros cuando no abrimos plenamente nuestro corazón a la voz de Jesús que viene de Dios. Pero “Les aseguro que viene la hora, y es ahora mismo, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oigan, vivirán.” (Juan 5:25). Con la palabra de Jesús comenzó una nueva creación. La palabra creadora de Jesús llegará a toda la humanidad. ¡La resurrección comienza ahora! ¿Dónde y cómo escuchamos las palabras de Jesús en nuestras vidas? ¿Cómo vives la fe en la resurrección? ¿Qué quiere Dios que hagas?

ORACIÓN

Señor Dios nuestro, que concedes a los justos la recompensa de tu presencia y perdonas a todos los que se arrepienten de sus pecados: abre nuestros corazones a tus palabras y manifiesta tu vida en nosotros para que, mediante el testimonio fiel, muchos encuentren tu paz y tu perdón. Por Jesucristo nuestro Señor, amén.

El Rvdo. Hipólito Fernández Reina

 

Jueves, 18 de marzo

Palabras y Hechos

Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Juzgo según el Padre me ordena, y mi juicio es justo, pues no trato de hacer mi voluntad sino la voluntad del Padre, que me ha enviado. Si yo diera testimonio en favor mío, mi testimonio no valdría como prueba. Pero hay otro que da testimonio en favor mío, y me consta que su testimonio sí vale como prueba. Ustedes enviaron a preguntarle a Juan, y él dio testimonio a favor de la verdad. Pero yo no dependo del testimonio de ningún hombre. Sólo digo esto para que ustedes alcancen la salvación. Juan era como una lámpara que ardía y alumbraba, y ustedes quisieron gozar de su luz por un corto tiempo. Pero tengo a mi favor un testimonio más valioso que el de Juan. Lo que yo hago, que es lo que el Padre me encargó que hiciera, comprueba que de veras el Padre me ha enviado. Y también el Padre, que me ha enviado, da testimonio a mi favor, a pesar de que ustedes nunca han oído su voz ni lo han visto, ni dejan que su palabra permanezca en ustedes, porque no creen en aquel que el Padre envió.” -Juan 5:30-38

En las reflexiones del Evangelio de Juan se unen las palabras de Jesús y las del evangelista, reflejando la experiencia de fe en las comunidades de la época. Para captar el sentido pleno y profundo de las palabras de Jesús, es necesario tener en nosotros una experiencia comunitaria de fe, es decir, vivir lo que se dice. Nuestro comportamiento esconde mensajes que a menudo contradicen nuestras palabras. En nuestro día a día, realizamos un sinfín de acciones que dicen mucho de nosotros. La mayoría de nosotros las realizamos de forma rutinaria, sin darse cuenta, sin saber que tienen un significado claro a los ojos de los demás. Y lo cierto es que la gente nos juzgará, en gran medida, por estas acciones. Aprovechamos este momento de encuentro con Dios para pedirle fuerza de carácter. La correspondencia entre la palabra y la acción es lo que nos ayudará a penetrar en el significado de las palabras de Jesús, abriendo nuestra mente a Dios. ¿Cómo vivimos nuestra fe en comunidad? ¿Qué debemos hacer para profundizar en nosotros mismos y en nuestras acciones el valor del testimonio de Jesús?

ORACIÓN

Dios lleno de amor, te pedimos que, purificados por el arrepentimiento y por la práctica de las buenas obras, nos mantengamos fieles a tus mandatos para llegar bien preparados al tiempo de Pascua. Te lo pedimos en nombre de Cristo. Amén.

El Rvdo. Hipólito Fernández Reina

Viernes, 19 de marzo

Lo más importante

Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. Y así, cuando Jesús cumplió doce años, fueron allá todos ellos, como era costumbre en esa fiesta. Pero pasados aquellos días, cuando volvían a casa, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres se dieran cuenta. Pensando que Jesús iba entre la gente, hicieron un día de camino; pero luego, al buscarlo entre los parientes y conocidos, no lo encontraron. Así que regresaron a Jerusalén para buscarlo allí.Al cabo de tres días lo encontraron en el templo, sentado entre los maestros de la ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas. Cuando sus padres lo vieron, se sorprendieron; y su madre le dijo:Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia. Jesús les contestó: ¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre? Pero ellos no entendieron lo que les decía. Entonces volvió con ellos a Nazaret, donde vivió obedeciéndolos en todo. Su madre guardaba todo esto en su corazón. Y Jesús seguía creciendo en sabiduría y estatura, y gozaba del favor de Dios y de los hombres.. Lucas 2:41-52

¿Cómo podemos entender hoy este episodio de la vida de Jesús que nos trae Lucas? El centro del pasaje se centra en las relaciones familiares. Llega un momento en que éstas pueden volverse tensas: surgen dificultades y malentendidos. Normalmente, cuando esto ocurre, buscamos la autonomía y la independencia. Jesús, en su condición humana, no ignoró la obediencia debida a sus padres cuando tenía doce años. Sin embargo, estableció claramente que, para él, la obediencia y la fidelidad a Dios estaban por encima de cualquier otra fidelidad.

¿Qué se convierte en lo más importante en un momento determinado de nuestra existencia? ¿Los afectos, las relaciones, la autoafirmación, los valores, los negocios o la moral? Dios nos invita, como comunidad diversa, a centrarnos en lo que es verdaderamente valioso. Para ello, será necesario ir más allá de la familia de Nazaret hacia el lugar de ese Cristo amoroso, que reclama a toda la humanidad como hijos de un mismo Dios y como miembros de una única familia. ¿He tenido momentos en los que la fidelidad a Dios ha puesto en tensión a mi familia? ¿Acepto a otros que yo como miembros de la familia de Dios? ¿A quiénes excluyo? ¿Tal vez incluso a los miembros de mi propia familia?

ORACIÓN

Padre nuestro que estás en los cielos, tú eres nuestro creador; nos acoges por medio de Jesús tu Hijo y nos guías con tu Espíritu Santo. Abre nuestras mentes para que podamos comprender el sentido de la vida, y el proyecto que tienes para nosotros. Fortalécenos para que, en unión con otros, podamos cumplir juntos tu voluntad y hacer del mundo una familia, más parecida a tu imagen. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

El Rvdo. Hipólito Fernández Reina

Lunes, 22 de marzo

“Tampoco yo te condeno”

y al día siguiente, al amanecer, volvió al templo. La gente se le acercó, y él se sentó y comenzó a enseñarles. Los maestros de la ley y los fariseos llevaron entonces a una mujer, a la que habían sorprendido cometiendo adulterio. La pusieron en medio de todos los presentes, y dijeron a Jesús: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de cometer adulterio. En la ley, Moisés nos ordenó que se matara a pedradas a esta clase de mujeres. ¿Tú qué dices? Ellos preguntaron esto para ponerlo a prueba, y tener así de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y comenzó a escribir en la tierra con el dedo. Luego, como seguían preguntándole, se enderezó y les dijo: Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra. Y volvió a inclinarse y siguió escribiendo en la tierra. Al oír esto, uno tras otro comenzaron a irse, y los primeros en hacerlo fueron los más viejos. Cuando Jesús se encontró solo con la mujer, que se había quedado allí, se enderezó y le preguntó: Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te ha condenado? Ella le contestó: Ninguno, Señor. Jesús le dijo:Tampoco yo te condeno; ahora, vete y no vuelvas a pecar.”. -Juan 8:2-11

Jesús perdona. Pero aquí se trata de algo más que del perdón: Jesús trasciende la ley y va más allá. No le dice a la mujer: “El adulterio no es pecado”, sino que no la condena con la ley. Y este es el misterio de la misericordia de Jesús. El mal es fuerte, tiene un poder seductor: atrae y cautiva. Para alejarse de ella, nuestro esfuerzo no es suficiente. Hace falta un amor más grande. Así que Jesús va más allá. Le aconseja que no peque más y le muestra su misericordia. La misericordia es la forma en que Dios perdona, porque para Jesús, antes que el pecado, está el hijo amado de Dios. ¡Qué hermoso y reconfortante es saber que cada uno de nosotros está primero en el corazón de Dios! Pidamos la gracia de mirar a los demás como Jesús, pidamos tener un enfoque cristiano de la vida, donde antes del pecado veamos al hijo amado de Dios con los ojos del amor.

Aprovechemos este tiempo de Cuaresma que ya termina, preparándonos para perdonar como Jesús nos mostró con su ejemplo que Dios perdona, y en lugar de juzgar y condenar a los demás, empecemos por reconocer nuestra propia condición de necesitados de la misericordia divina. ¿Cuántas veces nos hemos sentido juzgados e incluso condenados? ¿Cuántas veces hemos juzgado y condenado al que tenemos al lado? ¿Somos capaces de perdonar al que nos ha ofendido? ¿Qué pasos puede y debe dar nuestra comunidad para acoger a los excluidos?

ORACIÓN

Dios y Creador nuestro, cuyo amor sin medida nos enriquece con toda bendición: pon la mirada de Jesús en nosotros, para que valoremos siempre a los demás por encima de sus defectos y haz que nos preparemos, abandonando la corrupción de la vieja naturaleza, como una nueva humanidad, para participar en la gloria de tu reino. En Jesucristo te lo pedimos, amén.

El Rvdo. Hipólito Fernández Reina

Martes, Marzo 23

Amor verdadero

Jesús les volvió a decir: Yo me voy, y ustedes me van a buscar, pero morirán en su pecado. A donde yo voy, ustedes no pueden ir. Los judíos dijeron: ¿Acaso estará pensando en matarse, y por eso dice que no podemos ir a donde él va? Jesús les dijo: Ustedes son de aquí abajo, pero yo soy de arriba; ustedes son de este mundo, pero yo no soy de este mundo. Por eso les dije que morirán en sus pecados; porque si no creen que Yo Soy, morirán en sus pecados. Entonces le preguntaron: ¿Quién eres tú? Jesús les respondió: En primer lugar, ¿por qué he de hablar con ustedes? Tengo mucho que decir y que juzgar de ustedes, pero el que me ha enviado dice la verdad, y lo que yo le digo al mundo es lo mismo que le he oído decir a él. Pero ellos no entendieron que les hablaba del Padre. Por eso les dijo: Cuando ustedes levanten en alto al Hijo del hombre, reconocerán que Yo Soy, y que no hago nada por mi propia cuenta; solamente digo lo que el Padre me ha enseñado. Porque el que me ha enviado está conmigo; mi Padre no me ha dejado solo, porque yo siempre hago lo que a él le agrada. Cuando Jesús dijo esto, muchos creyeron en él. Juan 8:21-30

¿Quién es Jesús para nosotros? Jesús es el único que puede ayudarnos a entender una y otra vez que el poder de Dios es diferente, que el Mesías debe entrar en la gloria y traer la gloria a través del sacrificio. Creer en Jesús significa hacer de él el centro, el sentido de nuestra vida, y en este camino de Cuaresma, Dios nos invita a la relación una y otra vez. En es fácil perder de vista a Dios, no porque Dios se aleje, sino porque nosotros nos alejamos. No dejemos de buscar a Dios, porque un alma sin Dios está vacía.

Sabemos que seguir al Señor no es fácil. Es una tarea exigente que requiere toda una vida. Y a veces, al que más tiene, le cuesta más porque debe sacrificar las cosas atesoradas como las más preciosas. No permitamos que el vacío se apodere de nosotros. Una vida vivida sin amor es una vida vacía. Pero Jesús, con su sacrificio, nos ha dado la clave para entender el verdadero amor: nos ha mostrado que el amor puede vivirse de tal manera que sólo nos interesa agradar a la persona que amamos. “… porque siempre hago lo que le agrada”. ¿Qué podemos hacer en este día para agradar a Dios y a las demás personas? ¿Hemos descubierto que nuestra verdadera felicidad consiste precisamente en hacer feliz a la persona que amamos? ¿Podemos imaginar una vida vivida sólo para hacer que Dios y ¿a otras personas felices?

Oración

Dios de la liberación, gracias por todo lo que aprendemos de ti sobre el amor. Haz que estemos decididos a amar como Tú nos has amado: no con palabras, sino con hechos; no caminando alrededor de las personas, sino dando su vida por ellas; no esperando a que el otro venga, sino saliendo a buscar a los demás. Te lo pedimos por tu amor. Amén.

El Rvdo. Hipólito Fernández Reina

Miércoles, 24 de marzo

 “La verdad los hará libres”

Jesús les dijo a los judíos que habían creído en él: Si ustedes se mantienen fieles a mi palabra, serán de veras mis discípulos; conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.” Juan 8:31ff

Como creyentes en Jesús, estamos llamados a vivir la vida como él la vivió. No basta con ser “episcopales de cuna” o simplemente heredar nuestra fe. Llega un momento en nuestra vida en el que todos debemos decidir a qué Dios -o dioses- queremos servir. A partir de esto decisión surgirá una ética que marcará nuestra vida. Jesús dijo: “Si permanecéis en mi palabra, sois verdaderamente mis discípulos” Lo impresionante es que se dirigió a estos palabras a los que se creían más cumplidores en su fe y mejores que los demás, sin darse cuenta de que en el fondo estaban fallando.

Para Jesús, seguir en su palabra significa que debemos dar de comer, beber, vestir, y debemos visitar, liberar, curar y perdonar. ¿Cómo valoramos nuestra libertad después de lo que dice Jesús hoy?

ORACIÓN

Dios de toda libertad, visítanos a través de tu Espíritu Santo y ayúdanos a comprender mejor la libertad a la que nos llamas. Ayúdanos a organizar nuestra vida pensando en hacer felices a los demás y en servir de corazón a nuestra comunidad. Por el amor de Jesucristo, tu hijo, nuestro Señor, amén.

El Rvdo. Hipólito Fernández Reina

Jueves, 25 de marzo

Saludos desde el cielo

En el sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen comprometida con un hombre que se llamaba José, de la casa de David. La virgen se llamaba María. Se acercó a ella y le dijo: “¡Saludos, favorecida! El Señor está contigo”. Pero ella estaba muy perpleja por sus palabras y se preguntaba qué clase de saludo podía ser éste. El ángel le dijo: “No temas, María, porque has encontrado el favor de Dios. Ahora concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, al que llamarás Jesús. Será grande y se le llamará Hijo del Señor Dios le dará el trono de su antepasado David y reinará sobre la casa de Jacob para siempre. María dijo al ángel: “¿Cómo puede ser esto, si soy virgen?” El ángel le dijo: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el niño que va a nacer será santo y se llamará Hijo de Dios. Y ahora, tu pariente Isabel, en su vejez, también ha concebido un hijo; y éste es el sexto mes para la que se decía que era estéril. Porque nada será imposible para Dios”. Entonces María dijo: “Aquí estoy, sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra”. Entonces el ángel se alejó de ella. -Lucas 1:26-38

Jürgen Moltmann, llamado por muchos “el gran teólogo de la esperanza”, dijo una vez “La última y primera palabra de la gran liberación que viene de Dios no es el odio, sino la alegría; no es la condena, sino la absolución. Cristo nace de la alegría de Dios y muere y resucita para traer su alegría a este mundo contradictorio y absurdo.”

Recordamos en esta fiesta de la Anunciación hoy (cuando faltan nueve meses para Navidad) que la primera palabra de Dios a los hijos de Dios, cuando el Salvador se acerca al mundo, es una invitación a la alegría: “¡Saludos, favorecido! El Señor está contigo”. Sin embargo, la alegría no es fácil. No se puede obligar a nadie a estar alegre. ¿Cómo se puede ser feliz con tanto sufrimiento en la tierra? ¿Cómo disfrutar cuando dos tercios de la humanidad están hundidos en el hambre, la miseria o los conflictos? Sólo se puede estar alegre en comunión con los que sufren y en solidaridad con los que lloran. Sólo puede ser feliz quien se esfuerza por hacer felices a los demás. ¿Qué obstáculos nos impiden experimentar la alegría de Dios en nuestras vidas? ¿Qué hacemos para aliviar el sufrimiento de los demás? ¿Cómo nos sentimos cuando hacemos actos de solidaridad hacia los que más lo necesitan?

ORACIÓN

Dios de la alegría, ven a transformar nuestro interior. Danos la alegría y la fe de María, esa alegría de mujer creyente que se alegra en un Dios salvador, que busca la justicia, la libertad y la fraternidad para todos y especialmente para los despreciados de este mundo. Por Jesucristo, tu hijo, nuestro Señor, a quien contigo y el Espíritu Santo damos todo el honor y la gloria, por los siglos de los siglos. Amén.

El Rvdo. Hipólito Fernández Reina

Viernes, 26 de marzo

Imágenes de Dios

Los judíos volvieron a tomar piedras para tirárselas, pero Jesús les dijo: Por el poder de mi Padre he hecho muchas cosas buenas delante de ustedes; ¿por cuál de ellas me van a apedrear? Los judíos le contestaron: No te vamos a apedrear por ninguna cosa buena que hayas hecho, sino porque tus palabras son una ofensa contra Dios. Tú no eres más que un hombre, pero te estás haciendo Dios a ti mismo. Jesús les dijo: En la ley de ustedes está escrito: “Yo dije que ustedes son dioses.” Sabemos que lo que la Escritura dice, no se puede negar; y Dios llamó dioses a aquellas personas a quienes dirigió su mensaje. Y si Dios me consagró a mí y me envió al mundo, ¿cómo pueden ustedes decir que lo he ofendido porque dije que soy Hijo de Dios? Si yo no hago las obras que hace mi Padre, no me crean. Pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean en las obras que hago, para que sepan de una vez por todas que el Padre está en mí y que yo estoy en el Padre. Otra vez quisieron arrestarlo, pero Jesús se les escapó. Regresó Jesús al otro lado del Jordán, y se quedó allí, en el lugar donde Juan había estado antes bautizando. Mucha gente fue a verlo, y decían: De veras, aunque Juan no hizo ninguna señal milagrosa, todo lo que dijo de este hombre era verdad. Y muchos en aquel lugar creyeron en Jesús. -Juan 10:31-42

Estamos cerca de la Semana Santa, en la que conmemoramos la Pasión, Muerte y La resurrección de Jesús. Hemos visto cómo los textos tomados casi exclusivamente del Evangelio de Juan acentúan la tensión entre la revelación progresiva del misterio del Padre y, por otro lado, los corazones cerrados del pueblo elegido, que se vuelven cada vez más impenetrables al mensaje de Jesús. La tragedia de esto es que rechazan a Jesús en nombre de Dios.

Es un espejo de lo que ocurre hoy en día. Algunas personas se convierten en “armas vivas” y “matan” a otras en nombre de Jesús. En nombre de Jesús, los miembros de las tres religiones del Dios de Abraham (judíos, cristianos y musulmanes) se han condenado y enfrentado a lo largo de la historia. Estamos en un momento importante para preguntarnos: ¿Qué es la imagen de Dios que vive en nuestro ser? Jesucristo nos ha mostrado el rostro de Dios, un rostro de amor y misericordia. ¿Cómo muestro mi respeto por las personas de otras tradiciones religiosas? ¿Qué valor le doy a mi profesión de fe? ¿Condeno a alguien en nombre de Dios y luego descubro que estoy equivocado? ¿Qué hago después de descubrirlo?

ORACIÓN

Señor del cielo y de la tierra, danos una fe sencilla. Para conocerte y amarte cada día más. Para amar a los que tienen una fe diferente a la nuestra, Para amar a los que tienen un rostro diferente al nuestro, Y no ser nunca indiferentes a tu amor y a tu gracia. Que ese amor sea la brújula que nos guíe, para que en todo lo que hagamos, busquemos el bienestar de todas las personas. Te lo pedimos en nombre de Cristo. Amén.

El Rvdo. Hipólito Fernández Reina

Lunes, 29 de marzo

Lunes Santo: El aroma de la Gracia

Seis días antes de la Pascua, Jesús llegó a Betania, la casa de Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le dieron una cena. Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban en la mesa con él. María tomó una libra de costoso perfume de nardo puro, ungió los pies de Jesús y los enjugó con sus cabellos. La casa estaba llena de la fragancia del perfume. Pero Judas Iscariote, uno de sus discípulos (el que iba a traicionarle), dijo: “¿Por qué no se vendió este perfume por trescientos denarios y se dio el dinero a los pobres?” (Lo dijo no porque se preocupará por los pobres, sino porque era un ladrón; se quedaba con la bolsa común y solía robar lo que se puso en ella). Jesús le dijo: “Déjala en paz. Lo ha comprado para guardarlo para el día de mi entierro. Siempre tienes a los pobres contigo, pero no siempre tienes cuando la gran multitud de judíos se enteró de que estaba allí, vinieron no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Así que los jefes de los sacerdotes planearon dar muerte también a Lázaro, ya que por su culpa muchos de los judíos desertaban y creían en Jesús. Juan 12:1-11

Este es uno de mis pasajes favoritos del Evangelio de Juan, porque es muy accesible a los sentidos. Marta y María están sirviendo a Jesús lo que equivale a una cena de despedida sólo una semana antes de su muerte. Imagino que el olor del cordero de Marta, el za’atar y la cúrcuma llenan la casa antes y durante el plato principal, pero son superados por el olor dulce, cítrico y herbáceo del perfume de María después de la cena, cuando abre un precioso frasco para ungir los pies de Jesús en lo que se considera una metáfora de su unción funeraria. Al parecer, el olor penetrante llega a todos en la casa, y especialmente a Judas, que se irrita públicamente por esta extravagancia. Supongo que en algún momento todos tuvieron que salir a tomar aire fresco.

El acto de María nos da la oportunidad de entender a qué huele la gracia. La gracia puede ser abrumadora, puede ser sobrecogedora, puede desencadenar reacciones inesperadas, entre ellas irritación, y puede que necesitemos un ritmo para absorberla en su totalidad. ¿Has tenido alguna vez una experiencia de la gracia tan abrumadora, que te ha hecho retroceder?

ORACIÓN

Dios todopoderoso, cuyo amadísimo Hijo no subió a la alegría, sino que primero sufrió el dolor, y no entró en la gloria antes de ser crucificado: Concédenos, misericordiosamente, que, caminando por el camino de la cruz, no encontremos otro que el de la vida y la paz; por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

El Muy Rvdo. Gray Lesesne, D.Min.

Martes, 30 de marzo

Martes Santo: Morir para resucitar

Entre los que subían a adorar en la fiesta había algunos griegos. Se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le dijeron: “Señor, queremos ver a Jesús”; Felipe fue a decírselo a Andrés; entonces Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les respondió: “Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado. En verdad os digo que, si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda como un solo grano; pero si muere, da mucho fruto. Los que aman su vida la pierden, y los que odian su vida en este mundo la conservarán para la vida eterna. Quien me sirve debe seguirme, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Al que me sirva, el Padre lo honrará”. -Juan 12:20-26

No soy una persona de invierno. La visión de las plantas y los árboles inactivos, las flores secas y marrones y las ramas mustias me deprimen todos los años. Lo irónico es que la belleza y la vitalidad de la primavera y el verano que tanto disfruto dependen de la oscuridad y el letargo del invierno para prosperar.

Hoy, Jesús recuerda a sus discípulos el irónico misterio de que la vida depende de la muerte, y que sólo cuando el grano de trigo cae y se abre puede nacer un nuevo fruto. Sus palabras son un escalofriante presagio de lo que vendrá este viernes.

¿Qué es lo que tiene que morir, caer, adormecerse, quedar en barbecho, abrirse, para que podamos resucitar y dar nuevos frutos?

ORACIÓN

Oh Dios, por la pasión de tu bendito Hijo hiciste que un instrumento de muerte vergonzosa fuera para nosotros el medio de vida: Concédenos gloriarnos en la cruz de Cristo, para que suframos gustosamente la vergüenza y la pérdida por tu Hijo nuestro Salvador Jesucristo; que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

El Muy Rvdo. Gray Lesesne, D.Min.

Miércoles, 31 de marzo

 Miércoles Santo: Traición

Después de decir esto, Jesús se sintió profundamente conmovido, y añadió con toda claridad: Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar. Los discípulos comenzaron entonces a mirarse unos a otros, sin saber de quién estaba hablando. Uno de ellos, a quién Jesús quería mucho, estaba junto a él, mientras cenaban, y Simón Pedro le dijo por señas que le preguntara de quién estaba hablando. Él, acercándose más a Jesús, le preguntó: Señor, ¿quién es? Jesús le contestó: Voy a mojar un pedazo de pan, y a quien se lo dé, ése es. En seguida mojó un pedazo de pan y se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. Y tan pronto como Judas recibió el pan, Satanás entró en su corazón. Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo pronto. Pero ninguno de los que estaban cenando a la mesa entendió por qué le decía eso. Como Judas era el encargado de la bolsa del dinero, algunos pensaron que Jesús le quería decir que comprara algo para la fiesta, o que diera algo a los pobres. Una vez que Judas hubo recibido el pan, salió. Ya era de noche. Después que Judas hubo salido, Jesús dijo: Ahora se muestra la gloria del Hijo del hombre, y la gloria de Dios se muestra en él. Y si el Hijo del hombre muestra la gloria de Dios, también Dios mostrará la gloria de él; y lo hará pronto.-Juan 13:21-32

Cuando Jesús dice a sus amigos en el Evangelio de Juan que uno de ellos le va a traicionar, todos miran alrededor de la habitación, desconcertados y nerviosos. “¿Quién es?” le pregunta Simón Pedro. Lo que sigue es el relato de la traición de Judas, pero lo que no se dice es que todos sus seguidores, incluido Simón Pedro, acabarán abandonando a Jesús en su momento de necesidad.

Es demasiado fácil convertir a Judas en el “malo” de esta historia y no recordar que cada uno de nosotros, en algún momento de nuestra vida, al igual que los discípulos, hemos abandonado el Camino de Jesús por miedo, ignorancia, negligencia, ira, desconexión o decepción.

Y sin embargo, nuestro abandono, el de Judas, el de los discípulos, no tienen la última palabra. Aunque la humanidad haya hecho lo peor a Dios en el acto de la Cruz, la Cruz no tiene la última palabra. En cambio, Dios se elevará por encima de nuestro abandono, Dios se elevará por encima de nuestros fracasos, y Dios se elevará por encima de nuestro quebranto. Pero más sobre eso el domingo…

¿De qué manera tú y yo hemos abandonado a Dios? ¿Y cómo podemos abrirnos a la gracia omnipotente de Dios que perdona incluso ese abandono?

ORACIÓN

Señor Dios, cuyo bendito Hijo nuestro Salvador entregó su cuerpo para ser azotado y su rostro para ser escupido: Danos la gracia de aceptar con alegría los sufrimientos del tiempo presente, confiados en la gloria que se ha de revelar; por Jesucristo tu Hijo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

El Muy Rvdo. Gray Lesesne, D.Min.

Jueves, 1 de abril

Jueves Santo: Bendecir, romper, dar… incluso ante la traición

Porque yo recibí esta tradición dejada por el Señor, y que yo a mi vez les transmití: Que la misma noche que el Señor Jesús fue traicionado, tomó en sus manos pan y, después de dar gracias a Dios, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que muere en favor de ustedes. Hagan esto en memoria de mí.» Así también, después de la cena, tomó en sus manos la copa y dijo: «Esta copa es la nueva alianza confirmada con mi sangre. Cada vez que beban, háganlo en memoria de mí.» De manera que, hasta que venga el Señor, ustedes proclaman su muerte cada vez que comen de este pan y beben de esta copa. – 1 Corintios 11:23-26

Esta noche, nos reuniremos para un servicio (virtual) de la Santa Comunión, la Cena del Señor, la Santa Eucaristía para conmemorar la Última Cena de Jesús con sus discípulos. San Pablo escribe sobre esta tradición en su Primera Carta a los Corintios y comienza con este recordatorio: “La noche en que fue entregado…” El último acto de Jesucristo antes de ir a la Cruz fue partir el pan con sus amigos, aun sabiendo que uno de ellos ya le había traicionado. (Probablemente también tenía una idea bastante clara de que los demás pronto le traicionarían y abandonarían en su hora de necesidad).

¿Qué nos dice esta Última Cena sobre el carácter de Dios? Dios es paciente. Dios es indulgente. Dios es generoso. Dios no necesita que seamos perfectos o bien intencionados para amarnos y alimentarnos. Dios está dispuesto a perdonar y a pasar por alto nuestras faltas. Dios quiere conectar con nosotros, incluso en nuestros momentos más oscuros. Dios nos necesita tanto como nosotros a Dios.

Mientras caminamos por el desierto de la Cuaresma, ¿cómo ha cambiado, ampliado o desafiado tu comprensión del amor incondicional y la gracia de Dios?

ORACIÓN

Padre todopoderoso, cuyo querido Hijo, en la noche anterior a su padecimiento, instituyó el Sacramento de su Cuerpo y Sangre: Concédenos que lo recibamos con gratitud en recuerdo de Jesucristo nuestro Señor, que en estos santos misterios nos da prenda de vida eterna; y que ahora vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

El Muy Rvdo. Gray Lesesne, D.Min.

Viernes, 2 de abril

Viernes Santo: Acércate al trono de la Gracia con valentía

Puesto que tenemos un gran sumo sacerdote que ha atravesado los cielos, Jesús, el Hijo de Dios, mantengamos nuestra confesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido probado en todo como nosotros, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, con valentía al trono de la gracia, para recibir misericordia y encontrar gracia para ayudarnos en el momento de necesidad. En los días de su carne, Jesús ofreció oraciones y súplicas, con fuertes gritos y lágrimas, al que podía salvarle de la muerte, y fue escuchado por su reverente sumisión. Aunque era un Hijo, aprendió la obediencia a través de lo que sufrió; y habiendo sido perfeccionado, se convirtió en fuente de salvación eterna para todos los que le obedecen. -Hebreos 4:14-16; 5:7-9

Normalmente, el Viernes Santo es un día de reflexión sombría y de tristeza, sobre la ruptura de nuestras propias vidas y la ruptura de nuestro mundo. Pero el escritor de la Carta a los Hebreos nos ofrece una perspectiva refrescante: “Acerquémonos, pues, con denuedo al trono de la gracia”. ¿Cómo sería acercarse hoy a Dios con valentía? ¿Agradecer que Dios conozca nuestra condición humana, agradecer que Dios comprenda nuestro quebranto, y agradecer que Dios, que nos ama tanto, seamos quienes seamos, hagamos lo que hagamos o dejemos de hacer, haya ofrecido oraciones y súplicas redentoras con el propio cuerpo de Dios… por nosotros?

A lo largo del tiempo de Cuaresma, hemos vagado por el desierto con Dios. Con la interrupción de la Cruz, Dios nos muestra un camino para salir del desierto… y el camino que descubrimos no es el de arrastrarnos ante Dios, ni el de suplicar que Dios pase por alto nuestros muchos pecados, sino el de acercarnos a Dios con la valentía de que somos los amados de Dios, y que, por medio de Dios, ya estamos perdonados, curados y hechos nuevos.

ORACIÓN

Dios todopoderoso, te rogamos que contemples a esta tu familia, por la que nuestro Señor Jesucristo estuvo dispuesto a ser traicionado y entregado en manos de los pecadores, y a sufrir la muerte en la cruz; que ahora vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

El Muy Rvdo. Gray Lesesne, D.Min.